Un día, mientras conducía por las calles de la ciudad, John sintió una punzada al darse cuenta de que su garaje ya no era lo que solía ser. Ahora lleno de equipos de jardinería, bicicletas y cajas de almacenamiento aleatorias, el otrora espacioso refugio para su preciado auto deportivo parecía cada vez más estrecho. Evidentemente era hora de una u.